miércoles, 1 de diciembre de 2021

 

2022 RENACE LA ESPERANZA

 

    


 

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.

Khalil Gibran (1883-1931) Ensayista, novelista y poeta libanés.

 

Comienza un nuevo año y con él la oportunidad de nuevas posibilidades; sin embargo, cuando se está en duelo el paso del tiempo es aún más incierto, la visión del futuro se hace oscura, los proyectos se acaban y lo que antes interesaba pierde todo valor. Cuando se está en duelo, un nuevo año no tiene nada de nuevo, por el contrario es más de lo mismo: la misma tristeza, la misma soledad y el mismo dolor.

No obstante, esto no tiene por qué ser así, siempre se tiene la opción de comenzar de nuevo gracias a que existe aquello que los hombres han convenido en llamar esperanza.  La esperanza es aquel estado de ánimo que nos sugiere que a pesar de las dificultades, las adversidades y las tristezas, se puede vivir de otra manera. El ser humano es muy sensible en su naturaleza, experimenta múltiples emociones y sentimientos y frente a ellos, en ocasiones, sufre, reflexiona, ama, vuelve a sufrir, se siente derrumbar, se levanta y continúa viviendo. En la esperanza radica la capacidad de las personas de sobreponerse ante las situaciones más inimaginables, gracias a una elección aparentemente sencilla: decidir que eso suceda.

Existe una frase repetida muchas veces desde la psicología existencial, atribuida al psiquiatra austriaco Viktor Frankl: “Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”. Este doctor experimentó las atrocidades de haber sido encerrado en distintos campos de concentración Nazis durante la Segunda Guerra Mundial, en condiciones extremas de deshumanización y sufrimiento a las que no pudieron sobrevivir su hermano, sus padres ni su esposa, pero que él logró superar gracias a su convicción de que el individuo siempre puede encontrar razones para vivir.

Es cierto que el duelo por la muerte de un ser querido es tal vez una de las experiencias más dolorosas que se puede experimentar en la vida, sin embargo existe la posibilidad de sobrevivir a este hecho, todo depende de la entera confianza en uno mismo y en las propias capacidades, por este motivo la palabra esperanza se puede interpretar como la unión de dos palabras: espera con confianza. Es decir, no se trata de una espera incierta, pasiva; sino la confianza de que en algún momento, no se sabe cómo y no se sabe cuándo, lo vivido cambiará.

Por lo tanto, frente a lo que nos ocurre podemos sentarnos sobre los escombros y lamentarnos amargamente, o podemos, así como lo propone Viktor Frankl, aceptar el desafío de reconstruir nuestras vidas. Vivir un duelo es también realizar un acto creativo; un trabajo a través del cual se toman las riendas de la vida y se da un compromiso consigo mismo y con los que se ama. Un acto que a su vez le rinde un homenaje al ser querido, en el que se honra su existencia no con sufrimiento, como se señala en el poema de Pedro Salinas: “no quiero que te vayas dolor, última forma de amar” sino viviendo la propia vida, aprendiendo a estar en esta realidad sin la presencia física del ser querido, pero consciente de todas sus enseñanzas.

Cada quien que pasa por nuestras vidas deja una huella especial en nuestro corazón, no importa cuánto tiempo se compartió o las experiencias vividas, el amor tejió los hilos de esa relación; seguramente hubo discusiones, enojos y reproches, pero eso hace parte del crecimiento personal. Por lo tanto, aquí y ahora, se tiene la posibilidad de hacerse a un lado y encerrarse en el cuarto oscuro del dolor o elegir frente a cualquier acontecimiento de la vida, por duro que sea, la esperanza de que ello, también pasará.

 

 

 

La marioneta

 

Si por un instante Dios se olvidara

de que soy una marioneta de trapo

y me regalara un trozo de vida,

posiblemente no diría todo lo que pienso,

pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

 

Daría valor a las cosas, no por lo que valen,

sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más,

entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos,

perdemos sesenta segundos de luz.

 

Andaría cuando los demás se detienen,

Despertaría cuando los demás duermen.

Escucharía cuando los demás hablan,

y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.

 

Si Dios me obsequiara un trozo de vida,

Vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol,

dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón,

escribiría mi odio sobre hielo,

y esperaría a que saliera el sol.

 

Pintaría con un sueño de Van Gogh

sobre las estrellas un poema de Benedetti,

y una canción de Serrat sería la serenata

que les ofrecería a la luna.

 

Regaría con lágrimas las rosas,

para sentir el dolor de sus espinas,

y el encarnado beso de sus pétalo...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...

 

No dejaría pasar un solo día

sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.

Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos

y viviría enamorado del amor.

 

A los hombres les probaría cuán equivocados están,

al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,

sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas,

pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

 

A los viejos les enseñaría que la muerte

no llega con la vejez sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres

He aprendido que todo el mundo quiere vivir

en la cima de la montaña,

Sin saber que la verdadera felicidad está

en la forma de subir la escarpada.

 

He aprendido que cuando un recién nacido

aprieta con su pequeño puño,

por vez primera, el dedo de su padre,

lo tiene atrapado por siempre.

 

He aprendido que un hombre

sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo,

cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes,

pero realmente de mucho no habrán de servir,

porque cuando me guarden dentro de esa maleta,

infelizmente me estaré muriendo.

 

Johnny Welch.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario